Hace muchos años, en nuestra época escolar, aprendimos un sencillo juego para amenizar los viajes. Consistía en poner la mano en el techo del vehículo en el que viajábamos durante los túneles, al tiempo que pedíamos un deseo. Era divertido ver como todo un autobús, profesores incluídos, hacía esfuerzos por mantener el brazo en el techo durante un túnel de varios kilómetros.
Con los años cambiamos los buses por los coches y empezó nuestra "evangelización" en este curioso juego. A día de hoy son muchos los amigos, familiares, compañeros de trabajo, etc., que comparten esta curiosa afición y juegan a poner la mano en el techo.
Puede sonar tonto, puede que sea un juego infantil, pero adultos y niños se volcaban, y se vuelcan, en este pequeño momento de ocio, en esta pequeña distracción y aunque durante mucho tiempo me pregunté la razón, ahora se que lo hacemos por los deseos. Esos deseos que están en todos nosotros, que a veces son inconfesables y otras veces pueden gritarse a los cuatro vientos, que forman parte de nuestra vida, que a veces se cumplen y otras veces no, que nos ayudan a seguir adelante día a día, que nos acompañan en nuestros viajes, sea cual sea el destino.
Qué fácil resulta motivar a alguien para que realice pequeñas acciones si sabe que eso puede ayudarle a conseguir un deseo, que poco cuesta creer en los sueños, ¿no crees?
Confesamos que nos gustan este tipo de juegos, o el de soplar el molinillo, como en la imagen, en realidad, nos gustan los deseos. Y también debemos confesar que muchos de ellos se nos han cumplido. Y tú, ¿qué deseos tienes? ¿Te atreves a poner la mano en el techo durante el túnel?
Me encanta el nuevo aire que le has dado a "Las TIC en EPS" en estas vacaciones. Por fuera y por dentro.
ResponderEliminar¡Nunca había escuchado lo del tunel! Quizás sea porque por mi zona no hay muchos... Pero si hay estrellas fugaces, caída de pestañas, velas en la tarta de cumpleaños... (aunque ésta última hace siglos que no la hago, desde hace tiempo ya no caben tantas velas en la tarta, jajaja) pero es emocionante ver a los niños concentrados pidiendo su deseo antes de soplar las velas, ¡me encanta esa mirada de ilusión al soplar!
Feliz domingo para todos. Nunca dejéis de soñar.
Mi deseo es tu felicidad!
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios. Pilar tienes toda la razón, es un buen consejo, nunca dejéis de soñar. Y para mi querida Laura, gracias, yo te deseo lo mismo, te lo mereces. Un abrazo
ResponderEliminarDescubro hoy este post, y reconozco que no estabas en mis lecturas habituales antes de verano, claro, que ya has ido al GReader, así qué resuelto...
ResponderEliminarSí tuviéramos confianza, te contaría que cuando el coche derrapa y pierdes el control, te enseñan a mirar adonde quieres dirigirlo, para empezar a recuperar el control. Llevo cuatro años derrapando en un túnel. Curiosamente, he cogido el mal vicio al conducir de poner una mano en el techo al frenar. Acabas de darme una explicación de por qué Lo hago.
Sí tuvieramos más confianza, te contaría cuál es mi deseo. Dentro de seis meses espero haber salido del túnel, y a lo mejor para entonces ya tenemos confianza y te Lo he contado.
Muchas gracias por esta entrada.