Lecturas de verano

Hay personas en la vida que te marcan, hay momentos que lo cambian todo, hay lecturas de verano que perdurarán en el invierno.

Hace algún tiempo, una persona con la que hice un viaje muy especial me regaló un libro. Hace pocos días otra persona, sin nada que ver con la primera, me sugirió la lectura de otro. ¿Qué tiene esto de extraño? Por supuesto no se trataba del mismo libro pero curiosamente, sí del mismo autor, ¿casualidad? No estoy del todo convencida, no creo demasiado en las cosas porque sí, todo sucede por algo. El caso es que se me ocurrió leerlos y añadí a la lista un tercero del mismo autor.

Los dos primeros me sorprendieron enormemente y me han hecho entender muchas cosas y plantearme otras tantas. El Mundo Amarillo es un libro muy sencillo, con lenguaje claro, tanto, que cuando lo lees piensas que lo has escrito tú mismo. Este mundo te descrubre que hay formas muy diversas de superar la enfermedad y que la peor de las enfermerdades es la soledad. Encontrar a tus amarillos y aprender de ellos es el motor que nos impulsa, lo que nos hace crecer en la vida. El segundo de ellos, Si tu me dices ven lo dejo todo, pero dime ven, me hizo entender que todo, por absurdo que parezca, está conectado e influye en el resultado final; cada persona que pasa por nuestras vidas nos deja algo, un regalo.

El tercero, Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo,  será mi lectura de esta semana, ya os contaré.

Curiosamente, y en la misma línea de casualidades, ayer me encontré con este post de mi amigo Salva Casado que hablaba de uno de los libros que duermen en mi mesilla de noche, un libro que me regaló una de esas personas que te marcan en la vida, un "amarillo".

Últimamente todo son casualidades, o no?

Así que, si no sabéis que hacer en vuestros ratos de ocio os recomiendo estas lecturas de verano que no lo son tanto y que os ayudarán a poner todo a cero y a reiniciar para cuando llegue el otoño...

"Rompí a llorar. Me encanta esa expresión. No se dice rompí a comer o rompí a caminar. Rompes a llorar o a reír. Creo que vale la pena hacerse añicos por esos sentimientos"

Albert Espinosa